Homenaje a Mara L. García


Homenaje a Mara L. García
César Vallejo en tu corazón
Poesía
VV. AA.
Coordinado por Alfred Asís
Poetas del mundo
Isla Negra, Chile
2015

Prólogo

BUENA NUEVA
Y FERVOR
POR LA VIDA

Danilo Sánchez Lihón

Nunca, sino ahora,
ha habido vida. Nunca,
sino ahora, han pasado gentes.
Nunca, sino ahora, ha habido casas
y avenidas, aire y horizontes.
César Vallejo


1. El valor
que contiene
Señora Tarcila, mamá de la Dra. Mara L. García:
Muy apreciada y querida señora: Mi saludo, mi aprecio y mi fervor para usted en quien ahora representó el ser madre de la vida. Y toda mi emoción por el bien que como una avecilla alza su vuelo, se posa en un alero y entona su himno de adhesión a todo lo existente.
Usted, señora Tarcila, está ahora luchando denodadamente a brazo partido por su salud. Y para ello se requiere aliento, entusiasmo para afrontar los retos de cada día, y confianza que es lo que intento hacerle llegar con las razones que expongo en esta carta. ¡Y qué mejor que todo ello se base en hechos concretos, tangibles y evidentes, que son los que nos proveen de mayores fuerzas para vencer dificultades y salir airosos de las pruebas a las que nos somete el destino!
Y quizá el hecho más contundente que nos aliente a seguir luchando sea confiar en la vida, y más en la vida que hemos procreado y ayudado a llevar a cabo nosotros mismos. Y para no errar en la desilusión que de repente nos atenaza de creer que estamos sufriendo por recibir algún castigo, o que estamos abandonados a nuestra suerte, o considerando que la vida se desmorona como arenisca, o que se deshace fácilmente como polvo y ceniza,  o es columna que se quiebra, o poñita que se tira.
No señora. Yo quiero darle una gran noticia, que es posible que usted ya lo sepa, pero reiterada por otra persona puede tener un sentido que refuerce el alto significado y el valor que este suceso contiene. Mi propósito es darle un motivo de regocijo perenne y duradero. Y una razón de inmensa felicidad principalmente para usted y todos quienes la queremos mucho.

2. Puesto
en sus brazos
¿Cuál es? Decirle que su hija, el ser que usted cobijó en sus entrañas y trajo al mundo, a quien usted le puso por nombre Mara Lucy, viene siendo motivo de un homenaje internacional promovido desde Isla Negra en Chile y hacia el mundo por el poeta Alfred Asís. Y se lo hace por sus cualidades personales, por sus méritos académicos, por sus dotes intelectuales, artísticas, morales; y sobre todo por el bien que ella encarna y representa a favor de las causas nobles de la vida.
Y esta es una razón contundente de fe, de valor, de inmenso orgullo principalmente para usted que es su madre. Porque, ¿qué puede ser más significativo y glorioso para una madre que ha criado y ha puesto su desvelo en cada instante y detalle de la vida de su hija, que el portento que ella reciba el reconocimiento de un homenaje internacional?
¿Qué mayor victoria que la hija que usted adora sea homenajeada por personalidades de distintos países del mundo? ¡Y ella es obra suya! ¡De usted viene! Y, quién en el fondo consigue ese honor es usted.
Ahora bien, son muy pocos quienes logran un lauro como este porque se da en honra y prez a toda una trayectoria de vida. ¿Quién lo consigue? Nadie que no tenga una obra consagrada y cualidades muy especiales, como es el de ser persona intachable y sin reproches en todo sentido.
Por las características con que este reconocimiento se da, creo que muy pocos logran este laurel que es justo que usted lo sienta suyo, puesto en sus brazos, en torno a su frente, así como acunó a Mara de niña y de donde creo yo que nunca ella se ha desprendido.

3. Hizo
las cosas bien
Entonces señora Tarcila, junto al dolor como prueba que usted está afrontando, poner delante suyo este ramillete de rosas frescas de los campos donde usted naciera, este gozo y esta alegría inmensa que es pura, tierna, confiada y transparente que se le brinda a usted a través de su hija.
Arrójese a esa fuente en toda la hondura que ella tiene. envuélvase en este soplo de vida. Porque lo que más sana y fortalece es la alegría buena. De saber que así como usted cuida de Mara, un padre supremo también cuida de usted, y que no estamos desamparados en este mundo sino más bien protegidos con estos significados supremos que la vida nos otorga.
Para sumergirnos en la alegría de saber que no estamos solos, que hay padres que saben cuáles son nuestros designios. Y que el bien es la sustancia básica con que está tejido el manto del universo.
Y que a veces la vida nos hace probar la copa amarga del dolor para hacer más nítida y dulce el vaso de la alegría, y más alto el premio que recibimos, como es este al cual me estoy refiriendo.
¿Qué reconoce la vida en este momento en usted? Que ha dado frutos hermosos. Y que por sus frutos lo reconoceréis, nos dijo Jesús.
Este homenaje a Mara, señora, es la ratificación de que usted hizo las cosas bien. Y es esta una rosa en su pecho, prendida a su trenza y que florecerá ya para siempre inmarcesible entre sus brazos.

4. Insólito
y excepcional
Recibir una distinción como esta tiene un valor supremo. Y más significación alcanza para quien es madre de la persona a quien se lo dedica, porque significa que al ser a quien se le otorga se lo ha criado bien, que se supo conducirla paso a paso por el camino debido, para que ella se conduzca por sí sola atinada y segura.
Es un homenaje que se está haciendo ahora mismo. No es una ceremonia que dura una hora, o dos o tres, sino toda la vida; puesto que este premio es continuo, permanente y para siempre, desde que se escriben textos que van a conformar un libro que se leerá a cualquier hora del día y en cualquier espacio del orbe.
Quizá su hija misma ya le haya contado todo esto, pero es importante que alguien más lo diga, ojalá que con una perspectiva que enriquezca el valor intrínseco que estos hechos poseen y sin agotar su trascendencia.
Relievando en primer lugar su carácter insólito y excepcional. Porque: ¿Quién logra un homenaje así? Por más que alguien se afane y ponga talento, ingenio y virtud. Muy pocos, por la naturaleza del homenaje que le alcanzo a explicar de este modo:
Es un homenaje único y extraordinario a alguien que inspire integridad y encanto. Entonces no es solo por su significación alcanzada en la vida sino en el cómo la ha realizado. Porque no es que se le entrega un diploma o un monto de dinero a la persona que es distinguida, y con ello se concluye el homenaje.

5. Pendiente
nuestra alegría
No, no es así. Este es de la mayor significación porque se le escriben poemas a las personas homenajeadas. Y entonces es un ser que tiene que inspirar, cuya vida y obra nos impactan y seducen tanto como para escribir sobre ella con plena y libre adhesión.
¿No tiene eso un sentido grandioso? Porque es convertir la vida de alguien en guirnalda, arco de triunfo, flor, medalla, paisaje, melodía. Es decir: tiene que venir del alma y tiene que ir hacia el alma.
Y yo quiero resaltar este hecho. Es un homenaje de escritores y de artistas, de maestros y maestras, de hombres y mujeres de fe es cierto; pero también de jóvenes varones y mujeres que necesitan en quién creer y en quién confiar pero también de niños y niñas que se forman en las escuelas y colegios. Es decir, es vivo y significativo.
La vida, doña Tarcila es una batalla donde nunca debemos ser vencidos. Y usted está dando esa batalla en nombre de todos nosotros. Y hasta ahora sigue en la brega, con ánimo, con temple y arrojo. Con fe en que se va a sanar y yo ruego porque ello así ocurra y se cumpla de manera completa, donde usted es la nave que ha de mantener el mástil erguido y con la bandera hasta el tope.
Con la lámpara que se bambolea en la tempestad en el navío que se estremece, pero que es la única luz de fervor en el inmenso océano. Confiar en que todo saldrá bien. Porque de usted, como luz encendida, es que se mantiene pendiente nuestra alegría.

6. Nos ensalza
y distingue
La distinción a Mara se da paralela con la lucha que usted libra y afronta. ¡Qué coincidencia! ¿No hay aquí un signo? Y es un reconocimiento que no parte de aquí, de entre nosotros, que por querer a Mara y a usted, por ser como son, se podría decir que hemos organizado con parcialidad este acto. No, esta distinción viene de lejos.
Claro que  nos adherimos y coincidimos plenamente con su gestor, propulsor y gran capitán, como es el poeta Alfred Asís, quien ha dedicado homenajes mundiales a Pablo Neruda, a César Vallejo, a José Martí, al poeta Miguel Hernández, entre otros.
Es una idea que pese a que Mara es una luz entre nosotros no es a nosotros a quienes se nos haya ocurrido. Y no porque desconozcamos el valor que ella tiene, ya que le digo que ella es para nosotros fuente de luz que nos ilumina.
Quiero decirle con esto que la lejanía desde donde viene, dedicado a la hija que usted trajera al mundo, es una prueba de su grandeza, de la dimensión que ella ha alcanzado y del extraordinario valor que entonces ella guarda para muchos seres repartidos en la faz de nuestro planeta.
Homenaje que a nosotros que compartimos tareas e inquietudes con la Dra. Mara L. García también nos ensalza y distingue.

7. Tocar
todas las puertas
He considerado necesario y urgente decirle todo esto porque usted está luchando en estos momentos latido tras latido, y célula a célula. Y para superar esta situación como yo quiero que se supere, es bueno saber las bendiciones de que nos ha rodeado y proveído la vida.
Y decirle todo esto que le estoy diciendo lleva ese intento: de darle razones para sentirse bien. Porque pocas madres en el mundo, creo en verdad que muy pocas han traído hijas a esta vida que sean motivo de este orgullo universal.
Además de darle todas mis fuerzas a favor de su recuperación he querido darle esta buena nueva, este aire fresco, esta brisa cordial que recoge lo mejor de nuestro amado planeta Tierra.
Este aliento en donde se unen muchas voces. Esta carga positiva de energía de muchas personas que escriben, algunas desde una ciudad afincada junto al mar y otras en lo alto de una cordillera.
Y todo en el fondo lo ha gestado usted, como madre de la vida que usted ha acunado en sus entrañas.
A las espadas del dolor que en su caso tienen el signo de la redención es justo engarzarle estas flores legítimas de amor. Y tocar con ellas todas las puertas hasta que se abran aquellas del bien y de la felicidad.

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