Homenaje a Túpac Amaru


Homenaje a Túpac Amaru
Antología-Recopilación
Poesía
VV. AA.
Coordinado por Ajfred Asís
Escritores, Escritoras, Poetas, Niñas y Niños del mundo
Isla Negra, Chile
2015

Prólogo
Danilo Sánchez Lihón

TÚPAC AMARU
QUE ES LUZ
DEL ALBA
A mí solo me matarán.
Pero mañana volveré
y seré millones.
Túpac Amaru

1. Nada más natural
¿Qué inspiró a Túpac Amaru para su movimiento insurreccional? ¿Acaso alguna ideología en boga? 
Por ventura, ¿el influjo de algunas ideas en auge en aquel período de tiempo? ¿Quizá la efervescencia de lo que nos venía en los barcos desde el exterior? ¿El contagio de otras latitudes?
¿Tal vez un dogma filosófico con el atributo de ser infalible? ¿Algún fulgor de inteligencia centelleante y consagrada? ¿Alguna intuición gestada por un profeta, un vidente, un redentor?
No. Nada de eso. Fue un hecho sencillo: constatar el dolor de la gente, ser partícipe del tormento de sus semejantes, día a día y noche a noche. Corroborar el abuso, la iniquidad y el oprobio del ensañamiento de los mandones de la época para con la gente desvalida e indefensa.
El haberse cansado de hacer tantas gestiones y reclamos en nombre de la ley, de la religión cristiana y hasta invocando la causa del Rey de España para que hubiera autoridades honestas, sin lograr ser escuchado.
La impaciencia de ya no aguantar tanto abuso, tanta crueldad y tanta depravación para con sus hermanos de raza. ¡Nada más natural, sencillo y evidente! ¡Nada más moral para sublevarse, adherirse y entenderlo!

2. El corazón del universo
No es un movimiento ideológico que parta desde una teoría o una elucubración acerca de la realidad. No es el corazón de piedra de lo obcecado, intransigente y partidario.
De allí que su movimiento no tiene nombre ni rótulo ni siquiera un lema o un slogan, sino que es cólera pura, es indignación del alma, es guerra santa. 
Es la revolución de los ofendidos y humillados de siempre a quienes se les somete como esclavos a sangre y fuego y se los trata peor que a bestias de carga. Tampoco es historia sino presente, es problema actual, vigente y pendiente de resolver, de papas que queman aquí y en cualquier otro lugar de la tierra. Es grito universal.
De allí que no le interesó a él capturar el Cuzco, hecho que tanto se le reprocha hasta ahora y con ello detentar el poder. Porque aunque predica restaurar el imperio incaico, no es para arrogarse el poder sino en cuanto a instaurar la justicia social.
Le basta sentir la hermandad, le basta saber que su protesta es el clamor de todos; le basta conmover y sembrar conciencia social. De allí que sea el movimiento de un ser que sabe querer, amar y condolerse de los demás, no de un caudillo que quiere arrasar. No es una rebelión gestada desde la razón ni desde la pasión sino desde el corazón del universo que se conmueve.

3. Semilla que brota
De allí que lo que más lo identifique y represente sea un campo de quinua recién sembrada, que ya ha brotado y ha empezado a dar flor.
De allí que lo que más se le parezca sean las semillas de todo lo creado, de todo lo que existe y su poder es germinar, elevarse frente al sol, de ennoblecerse y hacerse fruto, dar aroma y servir.
De allí que decir Túpac Amaru es señalar los horizontes abiertos cuando va a amanecer e irradiar el sol.
Es recurrir a un nombre que es símbolo de que se es capaz de sentir, condolerse y prometerse hacer un mundo nuevo y mejor, en base a semillas que puestas en tierra van a fructificar.
Pero que por ahora apuntan a recoger lo más dolido de la condición del hombre por reivindicar y resarcir, y a la injusticia por corregir y a la maldad por desterrar de la faz de la tierra.
Apunta a lo que debemos sacar brillo, pulir, desenterrar el bien que ha sido aniquilado y sepultado. Refiere al valor de que seamos capaces para afrontar la solución de los problemas arduos pendientes por resolver.
Y no tanto lo identifiquemos con el rayo fugaz, violento y pasajero y al cual se le teme, sino con el sol tan querido, pródigo, generoso y tenaz.

4. Luz del alma
Con el sol, porque somos descendientes de una cultura que reverenció al sol, por su brillo y por su luz. Como también porque todo el sol lo vivifica y lo hace florecer, propiciando que la vida surja y se eleve el canto feliz, el himno de afirmación y el abrazo solidario.
La luz noble y lúcida de la mañana que protege y abriga; luz que es el calor de la fraternidad de compartir los dones de la tierra; luz del conocimiento para edificar y construir.
Por eso se enaltecía al sol y en él se rendía pleitesía a lo luminoso, a lo fulgente y fundacional. De allí que fuéramos grandes astrólogos contemplando la bóveda sideral, y rastreando el curso de los cometas y con ello acrisolando sabiduría. 
Sabios que conocían más caminos entre las estrellas y galaxias que los espléndidos caminos del Inca, construidos abundantes de arboledas y puquiales de agua cristalina del Qhapaq Ñan.
Que unían a los asertos racionales los atributos mágicos y  los axiomas espirituales. Donde Túpac Amaru es luz humana, luz del alma, luz protectora, tierna y cálida; luz que hermana de lo que es legítimo en la tierra y en el cielo.

5. Sus pisadas en la tierra
Por eso hizo callar con un solo gesto de su brazo a la plaza condolida, y sus contornos llenos de gente arremolinada.
Trance que asombra por la majestad de su conducta, primero como reo y enjuiciado, y en el momento de su ejecución más parece el de un ritual cósmico que él aprendiera contemplando a las estrellas.
Impresiona su talante imperturbable ante la sentencia leída, sin conceder ni un parpadeo siquiera, ni un solo músculo de la cara o del cuerpo que se le moviera o le temblara para castigo de sus ejecutores.
Ni un solo rictus de dolor cuando le introducen los clavos ardientes desde detrás del cráneo hasta hacerlos aparecer por la boca, en castigo por los cuatro bandos de libertad que había promulgado.
Ninguna súplica, ningún gesto de pedir clemencia ni mucho menos de rogar perdón o manifestar arrepentimiento por algo cometido.
Actitud en la cual encontramos su verdad inmarcesible, su razón de ser y la herencia que nos lega en la profundidad de su silencio que no se cansa de inspirar.
¿Para qué más si en la honda solemnidad cuando le daban muerte hablan las piedras? ¡Cuando publican y notifican las huellas de sus pisadas en la tierra y las estrellas del cosmos!

6. Fraterno y matinal
Porque él sabía que el tiempo es tiempo y la eternidad es eternidad, que son dos realidades diferentes. Sabía de lo que es la contingencia y de lo que es verdad fundamental.
Y con él estaba su esposa, sus hijos y toda su familia, como también su vecindario y su comunidad; lo que prueba que la suya fue una rebelión de hogar, de filiación y de fuego tutelar. 
Sabía que las causas que se defienden  cuando son justas y verdaderas no importan las circunstancias, ni los avatares ni los accidentes que se den en un período o en una estación. 
Por eso fue tan hierático, pleno de majestad y su silencio fue tan hondo. Porque le interesaban las circunstancias actuales, pero más el movimiento de los planetas y las constelaciones, como contempladores maravillados de las esferas celestes que fuimos y que somos.
Sabía que su mensaje es imperecedero. De allí que pasarán las edades y su nombre proseguirá hasta el infinito significando justicia, libertad y solidaridad humanas. 
Su soledad de sentarse frente a un abismo era para encontrar el camino de un mundo fraterno y matinal como el que habíamos construido y volveremos a construir en este suelo y bajo este cielo.

7. Estandarte inmarcesible
Por eso proclamamos que el mundo que él amara es el mundo que merece ser amado.
Que la mujer que él amara, y que lo siguiera hasta subir al cadalso para estar junto a él, es el ejemplo de mujer que merece ser amada.
Que el país, el pueblo, la comunidad que a él le desvelaba es aquella sociedad que motive nuestro ahínco y nuestro empeño. Porque los sueños que él erigiera son los sueños verdaderos.
Que la lluvia y los collados, que las fuentes y las aguas de los ríos y las estrellas del firmamento que él mirara son las que merecen ser observadas cada vez que amanezca el sol sobre la tierra.
¡Túpac Amaru! Hermano del alma, padre inmortal, ser entrañable, ahora y siempre, contigo nos reafirmamos en lo que somos. Y en base a eso estamos prestos a luchar.
Porque te has vuelto fuente, manantial, lluvia que haces aflorar una savia nueva y poderosa, y porque junto a ti somos honderos del alba.
Y declarar que el porvenir contigo nos debe no una sino mil victorias, las mismas que hemos de obtener bajo tu estandarte inmarcesible. Y lo será aquí, ahora, y eternamente.

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