Homenaje a José Carlos Mariátegui


Homenaje a Carlos Mariátegui
Poesía
VV. AA.
Coordinado por Alfred Asís
Poetas y niños del mundo
Isla Negra, Chile
2016

PRÓLOGO

JOSÉ CARLOS, FARO PERPETUO DE LAS LUCHAS SOCIALES CON VISIÓN PLANETARIA

La obra “HOMENAJE A JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI”, del incansable poeta escritor e investigador Alfred Asís, nace después de hacer una convocatoria mundial. A través de coordinadores en diferentes latitudes y publicidad en las concurridas redes sociales, han motivado a las eminencias ya consagradas, emergentes y sobre todo a la niñez; a escribir sobre la vida del Amauta. De esta manera los artistas de la palabra de 20 banderas universales, activando sus ingeniosas plumas, le dedican sentidos versos a la voz visionaria e inmarchitable de la intelectualidad de América Latina que visualizaba una óptima senda de atractivas alboradas. Considero que con esta monumental ofrenda, Alfred como siempre, hurgando en los anales de pretéritos recuerdos y con una identidad que se hermana al latir del firmamento; trata de revalorar la imagen y darle actualidad a una luminaria del pensamiento humano en cuanto a cambios sociales de colores propios y visión sideral. En ese sentido, todos los vates que son de la misma estirpe, convicción y desprendimiento diario, colaboran a la realización de un gran anhelo de los que aman a la vida con el mismo afecto que se siente ante un ser divino. Para darle el verdadero sitial a un hombre que se ha inmortalizado por sus propuestas de avanzada y que en una época como en la primera fase del siglo pasado, hablar de revolución, de transformación de los cimientos de la sociedad, de abolir cánones obsoletos de un sistema de gobierno caduco, de libre expresión en vez de esclavitud; era sin lugar a dudas, un auténtico pecado.

En virtud a ello, es digno resaltar el significado y verdadero valor de José Carlos y que lo constituye en un preclaro ejemplo por encima de las barreras limítrofes, idiomáticas, de razas y credos. Es que a pesar de una discapacidad desde su infancia y acrecentada en su corta y fugaz adultez. Sin haber tenido la oportunidad de cursar estudios universitarios. Se auto educó y por sus fértiles ideales, delegó su sentimiento en dos libros impreso en vida: “La Escena Contemporánea” y los” 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, dejando inconclusos e inéditos dos más, “El Alma Matinal” y “Defensa del Marxismo” publicadas posteriormente en 1950 y 1955. Más dejo a su muerte, producto de su intenso razonar en la cuna de su niñez. Un valioso material que después la esposa y demás familiares lo llegan a publicar de tal manera que queda para la posteridad, nada menos que 20 libros de su prolífica autoría. Es un caso único en la literatura mundial en cuanto a líderes políticos enfrascados en cimentar la igualdad, la justicia, la equidad, el bienestar social, desterrando la hambruna, la pobreza y la corrupción, que son flagelos que hieren la heredad, hasta el día de hoy. Su forma de ver el horizonte, está vivo en cada enfoque del presente y es que los problemas de ayer son los mismos que azotan a los grupos humanos de hoy, la crisis y el caos de otros atardeceres se repiten y azotan a los pueblos que hoy van tras el pódium de honor. Por lo tanto tiene, aún vigencia; así digan que no, sus gratuitos e incisivos detractores que no faltan cuando alguien ha venido a este valle de lágrimas para dejar huellas con letras de oro e indelebles, imborrables, e imperecederas y que por derecho propio, nació para no morir jamás.

Se sabe que empezó a trabajar desde la adolescencia y desde ya afloraba en él su vena periodística. Quizá, como no tuvo la pre disponibilidad de correr, jugar, divertirse como los niños de su edad, la naturaleza es sabia y a través del aprendizaje a conciencia, le fue generando un innatismo maravilloso; de tal manera que la providencia da forma a un Mariátegui, escritor autodidacta, ideólogo, poeta y pensador político peruano, además periodista, que cultivó el ensayo y la narrativa. Fue un autor sumamente observador, analista comprometido; que a pesar de su sentida y temprana desaparición, dejo entrever su enorme vena creativa que aún en pleno siglo XXI deja mucho que hablar y que por la profundidad de sus planteamientos a la realidad del ayer, sigue levantando polémica entre sus seguidores y opositores de turno. Es en verdad un emblema en su entrega hacia nobles causas en bien de las grandes mayorías e hito a seguir en América Latina por su posición determinante, sin obedecer al mandato de los grandes capitales que siempre dominan; comprando conciencias y silencios para dar rienda suelta, al dolo, la ambición y avaricia desmedida.

La proyección e intensidad de sus resoluciones para el gran cambio sostenido, fue sin límites, barreras, ni fronteras. Dueño de una ideología que combatía el negativismo de los seres de su época y enarbolaba la bandera roja y blanca del positivismo pleno de moralidad, innovación, renovación, para una mejor calidad de vida y en base a solidez nata y atributos irrepetibles, trascender de manera impostergable en el tiempo y el espacio circundante, sin ricos ni pobres, serviles y potentados, inertes y falsos adalides. Donde el capital humano y la valoración del mismo, marcase el compás de un progreso sin vacíos, según la modernidad.

Otro aporte rescatable es que cuando conoce Europa y bebe en vivo y en directo los sentires de otros amaneceres, el socialismo estaba en todo su apogeo; se torna partidario de tal corriente y a su retorno al Perú, funda el Partido Socialista. Más trata que no sea una fiel copia del viejo continente, si no que intenta adaptarlo en todo sentido al suelo de sus primeros andares con el fin de hallar un mejor resultado; según la idiosincrasia peruana. De tal manera que sea una solución a los padecimientos que han echado raíces desde viejas edades. Tenía muchos sueños de realización personal y nacional pero desgraciadamente el reloj de su existencia dejó de marcar las horas y tempranamente viajó al infinito y desde esa fecha en el firmamento alumbra cual faro inapagable; su estrella maravillosa, en pos de hacer del Perú, la incomparable patria del corazón.

Otra opinión que se genera en mí, es que si para algunos críticos están desfasadas sus decisiones, lo importante es que dijo una gran verdad sobre la situación real del país en un segmento y estancia oportuna. Hizo un diagnóstico claro y justo, ajeno al parcialismo y fanatismo que reina en los que buscan la sombra del poderoso para enriquecerse y que para estos casos se estila. Levantó polvareda entre los ineptos actores del tenebroso drama nacional. Con pundonor y valentía esbozó el sufrimiento interior y le dio la salida a los avatares cotidianos en economía, arte, cultura y ciencia, con la esperanza que no se hagan crónicos y lleven al abismo a un terruño que tiene condiciones, riquezas, grandezas, y sabios como para marcar senderos inigualables de crecimiento y desarrollo y ascender a la cima de la gloria tras el logros de sus metas, que muy bien se lo merece por ser un suelo de historia y tradición.

Por todo lo dicho, hablar de Mariátegui es referirse a un líder y baluarte de primera línea en el ámbito socialista y con aura universal inmarcesible, que vio la luz en Moquegua, esmeralda en flor del Perú y que tan igual como el sol, se quedó a vivir por hoy, mañana y siempre en la íntima fuente de las personas luchadoras, que miran el mañana pleno de dicha y añoran un estado diferente, pleno de libertad y con la esperanza de lograr sus más caros peldaños y altura, para justificar su paso raudo y pasajero sobre la faz de la tierra, albergando en las entrañas desde que DIOS amanece, el amor y la paz por los siglos de los siglos. ¡Gloria a José Carlos en el altar de la patria por toda una eternidad!

Fidel Alcántara Lévano
Moquegua, 30 de julio del 2016

---------

MARIÁTEGUI Y EL SOCIALISMO
El Poder de la Imaginación Creadora

Por: Antrop. Silvia Munárriz O’Phelan
Lima-Perú
14 de junio de 2011

“Las utopías de hoy son las realidades del mañana”
Oscar Wilde

José Carlos Mariátegui, es el peruano más importante y representativo del siglo XX, por ser el pensador más lúcido de la inteligencia peruana en su análisis de interpretación de la realidad peruana, cuyo pensamiento sigue vigente.

Y el pensamiento de Mariátegui fue socialista, de convicción marxista, fueron las fuentes del materialismo histórico las que guiaron su análisis, es por todo ello que pese a la caída del socialismo real en el este de Europa, que sólo fue una deformación vertical burocrática, dogmática y sectaria del socialismo, el pensamiento de Mariátegui sigue nutriendo a las jóvenes generaciones de América y el mundo que repiensan el socialismo, porque éste seguirá existiendo irredento mientras existan injusticias.

La interpretación mariateguiana del socialismo se nutre de la fe, rescata el valor de la utopía como la espera esperanzada del ser humano, para que frente al capitalismo salvaje del neoliberalismo, negación de toda utopía, el hombre no se hunda en el marasmo del inconformismo nihilista, ni en la desesperanza destructiva del terror. Tiene que haber siempre la certera posibilidad de un cambio y esta posibilidad se basa en una utopía. Mariátegui nos decía:
“La Revolución será para los pobres no sólo la conquista del pan; sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las complacencias del espíritu.”

Es esta percepción del socialismo en Mariátegui que lo aproxima en cuanto a mística y convicción utópica a la fe religiosa, que va mucho más allá de la racionalidad de los estudios económicos, sociales, políticos, etc. Decía Antonio Melis que en Mariátegui la confianza del futuro radicaba más que en el análisis de las leyes de la dialéctica, los determinismos y condicionamientos económicos; en el certero pálpito de un mundo mejor para la humanidad, provenía de su profunda fe en las voluntades colectivas, en las fuerzas humanas ganadas hacia la lucha social; la riqueza ideológica está en su heterodoxia del marxismo y a eso se debe la vigencia de su pensamiento.

Ávido lector de las más disímiles corrientes del pensamiento, nutrió sus ideales y convicciones revolucionarias ajenas a todo dogmatismo. De la Decadencia de Occidente de Spengler, filósofo alemán de extrema derecha y de la Teoría del Mito Social de Sorel, Mariátegui infiere que los antiguos ideales, valores e instituciones de la civilización burguesa han decantado, se encuentran en franca descomposición, bajo el impacto de un hondo cuestionamiento.
Nos dice que “toda investigación contemporánea sobre la crisis mundial desemboca en una unánime conclusión: la civilización burguesa sufre la falta de un mito, de una fe, de una esperanza”. Que el racionalismo excesivo de la experiencia burguesa nos ha conducido al paradójico resultado de desacreditar a la razón imbuyendo a la humanidad en un escepticismo nihilista.

Mariátegui rescata la fuerza del mito para hacer avanzar la historia, es el mito el que dinamiza al hombre en su marcha hacia el futuro, reencanta al mundo. Y nos refiere que “no se vive fecundamente sin una concepción metafísica de la vida. El mito mueve al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene ningún sentido histórico. La historia la hacen los hombres poseídos e iluminados por una creencia superior, por una esperanza súper humana; los demás son el coro anónimo del drama”. Y estas convicciones fueron militancia diaria de su vida como existencia heroica.

Jóvenes el cambio social, el grito de Otro mundo es posible no sólo debe estar animado de la crítica científica, del análisis objetivo de las contradicciones del sistema, también rescatemos la importancia de los elementos míticos y simbólicos como poderosa fuerza subjetiva de entusiasta afirmación histórica futurista.
La utopía que soñamos es la interpretación del sueño de las masas potenciado por el análisis de la realidad social.


---------

Descarga el libro gratis aquí:

No hay comentarios: